martes, 7 de diciembre de 2010

Melchor Fernández González, minero de Moreda

Traemos a esta página la biografía de una persona que por el lugar en que vive y en que por su condición de obrero -minero- no tendría derecho a figurar de modo singular en la Historia. Nadie sabe una palabra de esta persona -tampoco de otras miles que ya iremos desvelando- y de este modo su vida -su vida- es un enigma. No fue asesinado. No fue fusilado. Le dejaron vivir, y después de salir de la cárcel tuvo que enfrentarse a la hostilidad de los fascistas. De su familia, estaba casado, nada se sabe. Pero hemos de suponer que durante los años de cárcel tuvieron que vivir día a día del modo que mejor pudieron.

Con estos apellidos, con esta profesión, quién se fijaría en una persona como Melchor Fernández González. Estos son los datos que tenemos de un hombre anónimo.
Moreda Melchor Fernández González minero 15 años de cárcel 29/04/1938.
Vecino de Moreda, 43 años, minero, casado. Condenado en consejo de guerra. Campo de Concentración de Candás. Aparece como minero del Grupo "Desquite" (Mieres), haciendo un donativo de 3,95 pesetas a favor de Pro-avión de Asturias (Avance 14-5-1937). Consejo de Guerra Colectivo en Oviedo (Juzgado de Moreda) (LNE 29-4-1938): Celestino González Gutiérrez, Melchor Fernández González, Luis Díaz Álvarez, Diego Gutiérrez González, Belarmino José Bernardo Miranda, Gaspar Fernández González, Francisco Pastor Martín, Felisa García Bastiga, Teodomiro Muñiz Díaz, Felipe Palazuelo Pena, José Aquilino Arturo Álvarez, Manuel Prieto Cueto, Marcelino Fernández Gutiérrez, Gervasio Campillo Vallejo, Manuel González Castañón. Aparece como minero del Grupo "Desquite" (Mieres), haciendo un donativo de 3,95 pesetas a favor de Pro-avión de Asturias (Avance 14-5-1937). Condenado a 15 años de cárcel.

Veamos los tremendos crímenes que ha cometido Melchor: minero, izquierdista, miembro del Partido Comunista, Secretario de la Sociedad de Ganaderos de la que expulsó –por sabotaje, dado que escondían las reses que poseían- a 78 ganaderos, vigilante de minas, trabajó en fortificaciones, llevó piensos a la ciudad de Gijón. Donó algunas pesetas a distintas organizaciones y causas humanitarias.

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